Miriam P. Herranz nació un dos de agosto de 1995 en Madrid.

Es una gran enamorada de su ciudad natal, y sobre todo del Parque del Buen Retiro, elemento que podemos encontrar siempre en sus novelas y que ella tilda de “su marca de agua” en sus libros. Además, considera Oliva (Comunidad Valencia) como su segunda casa y de nuevo encontramos otro enclave que podremos encontrar en sus novelas.

Siempre con ganas de conocer más lugares y países, hay que destacar que, aun habiendo nacido en Madrid, ha vivido ya en Bristol, París y Hamburgo. Ha viajado por prácticamente toda Europa desde una pronta edad.

La faceta que posiblemente sea mas desconocida para el lector es que Miriam aparte de dedicar su tiempo a la escritura, también se la dedica al deporte. Ha competido en varios deportes, en los que cabe destacar: la natación que práctica desde que le alcanza la memoria, la hípica (deporte en el que ha competido a nivel internacional y ha sido varias veces convocada por la selección universitaria para competir fuera del territorio español) y ahora en su nueva etapa en el boxeo, en lo que en palabras de ella misma “es el deporte que me ha salvado la vida. Me ha dado un lugar seguro y en el que puedo ser lo más yo posible.” 

De esta manera podemos ver en sus novelas que el boxeo siempre es parte de las mismas. Es una autora que defiende la salud mental, de esta manera vemos como lo refleja en sus novelas, y como considera que todavía es una asignatura pendiente.

Otra faceta desconocida para muchos es que Miriam presentó desde una tierna edad un amor por la literatura, la música, el cine, el teatro y en general todas las grandes artes que a día de hoy conserva.

En cuanto a su curriculum académico, encontraremos su Alma Mater en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, dónde estudió Derecho Hispano-Francés y el título propio de Jurista Internacional. Cursó parte de su formación academica en la UPEC de Paris.

Miriam es una autora que destaca por su constante formación, ávida de conocimiento y siempre buscando documentarse lo máximo posible. De esta manera cuenta con un máster en Escritura y Narración Creativa, tres cursos a través del Centro de Formación Estudio Criminal que consistían en el curso de Medicina Forense y Criminalística, curso de Psicología Criminal y Psiquiatría Forense y por último curso de Criminología y Derecho Penal, un curso impartido en su universidad de pericia caligráfica.

Comparte su vida con sus tres animales, dos perros y un caballo: Leo, su primer perro, la propia autora cuenta que lo suyo fue un flechazo. Ambos se miraron en aquella perrera y se enamoraron el uno del otro, llevan juntos más de ocho años, noble, fiel, seguro, tranquilo, familiar. Dante, su cachorro, que tiene ese nombre en honor al autor favorito de Miriam, Dante Alligheri, y su obra favorita, La Divina Comedia. Revoltoso, juguetón y muy cariñoso, y Calvinista de Bayeu, su gran compañero de peleas. Con él Miriam ha conseguido numerosos triunfos en el mundo ecuestre y ha disputado todos los campeonatos posibles para un binomio. Inseparables.

A Miriam la podéis encontrar en una cafetería tranquila. Degustando uno de esos cafés de especialidad que tanto le gustan, con canela y un libro a su lado. Si no la encontráis allí, probablemente este paseando por el Retiro, admirando y amando su lugar telúrico, en el que después de más de veintiún años sigue descubriendo cosas nuevas, y si aún así no dais con ella, definitivamente esta con su moto recorriendo algún precioso lugar.

 

 

Miriam es una autora que destaca por su constante formación, ávida de conocimiento y siempre buscando documentarse lo máximo posible.

En palabras de la propia autora: “creo que esa sensibilidad por el arte se la debo a mis padres. Recuerdo que cuando era muy pequeña, aún no había nacido mi hermano, me llevaban todos los fines de semana al Círculo de Bellas Artes a ver teatro para niños, pero al fin y al cabo teatro. A mi me encantaba. Además de eso, mi madre pintaba, y yo queriendo imitarla quería pintar (no muy bien) pero, me enseñó sobretodo los cuadros importantes. Mis padres me llevaron a muchísimos museos. 

Siguiendo esa tónica, destacaré a mi abuela y a mi padre, que desde siempre me han leído muchos cuentos y me han regalado muchos libros, y son los principales motores de mi amor por la literatura. Mi madre me leía “el Principito” y el mundo de Sofía, y, además, me leyó mucha mitología griega. Eso despertó en mi un interés por las Humanidades que llega hasta día de hoy y que será siempre parte de mí. Y lo más divertido de todo es, recordar a mis padres cantando en el coche los éxitos tanto españoles como internacionales de su época, y convertirme de este modo en una “pequeña enamorada” de los 80”.

© 2023 Miriam P. Herranz